Cada año la feria de editoriales del Festival de Poesía en
Rosario se hace más grande. Eso no pasa en todos lados y no pasa todo el tiempo. Hay que aprovecharla.
La gran reunión ocurre este año en el Centro Cultural Fontanarrosa. Durante viernes y sábado circula y se comparte pura poesía, desde lo nuevo, lo nuevísimo, hasta lo más clásico, incluso esas pequeñas joyas que olvidamos que buscamos, como un ejemplar de "Cartas para que la alegría" de Calveyra, Ediciones Tierra Firme a cuarenta y cinco pesos.
Dentro de este espacio de intercambio, los rosarinos tienen un rol muy importante, hacen del ambiente algo amistoso y siempre cálido. “Esto es inédito”, me cuenta Ana, editora de Iván Rosado, a quien conocí el año
pasado en la feria. Ella, junto a Maximiliano, llevan adelante el hermoso espacio
cultural Club Editorial Río Paraná.
- ¿Cuál es la particularidad de esta feria?
- “Se invitan a los editores a participar, vienen de distintos lugares del país, a muchos los hospedan y tienen su lugar en este espacio y nadie se queda un porcentaje, eso es importante y es parte de la fuerza organizativa del festival”.
- ¿Cuál es la particularidad de esta feria?
- “Se invitan a los editores a participar, vienen de distintos lugares del país, a muchos los hospedan y tienen su lugar en este espacio y nadie se queda un porcentaje, eso es importante y es parte de la fuerza organizativa del festival”.
La movida editorial de Rosario es un núcleo importantísimo
en el desarrollo y crecimiento de la poesía hoy. Iván Rosado comenzó
a participar de la feria en 2012: “nos preparamos para la feria durante el
año”, y de hecho, la editorial ha duplicado sus títulos publicados entre la
feria pasada y esta.
Otra de las editoriales presentes, y de las más nuevas, es Danke Ediciones, también de Rosario, a
cargo de Julia Enriquez. "Es muy importante la cooperación de todos", me dice Julia. Y esa, cooperación, es la palabra que va a repetirse en mi charla con cada editor.
En esta feria no hay competencia. Es otra cosa. La poesía no deja dinero, lo sabemos, entonces, si bien la idea es vender libros, el trasfondo es la difusión pero sobretodo, el encuentro.
En esta feria no hay competencia. Es otra cosa. La poesía no deja dinero, lo sabemos, entonces, si bien la idea es vender libros, el trasfondo es la difusión pero sobretodo, el encuentro.
Otro de los presentes desde el nacimiento de su editorial Mancha de aceite es el poeta Walter Lezcano: “La feria es increíble, se socializa la experiencia. Es una forma de resolver dificultades de los demás y un aprendizaje en común. Es un espacio para vehiculizar los deseos.”
Y en el recorrido por cada puesto, la mayoría de los editores
señala que la gente viene específicamente a buscar los libros a la feria, entonces funciona a la
vez como una marca temporal: “Hay un antes y un después de Rosario”, señala
Karina Macció, de Viajera Editorial.
Otra editorial presente en el Festival es Vox, de Bahía Blanca, a cargo de Gustavo
y Milton López. Vox forma parte de la feria hace ya varios años, desde el 2009. “A la editorial se acercan por el
arte de tapa, la visibilidad. De todos modos, lo que es muy importante es la
novedad. La gente viene a buscar lo nuevo”, señala Milton. Al lado de él está Matías Moscardi, editor de Luz mala de Mar del Plata, y mientras charlo con Milton agarra uno de los libros, "Hamaca paraguaya" de Andrés Montenegro (poeta bahiense) y dice "me llevo este" y lo paga al instante. Y agrega: "Estas son las cosas que me gustan del
Festival, yo vine por la feria. Hay cosas que o comprás acá o no las conseguís.
Hoy la poesía argentina circula así. Este es el terreno de la producción, esto
es la poesía, acá estamos en la cresta de la ola”.
Y sí, en la feria hay novedades, como la presencia de la nueva revista de Campo Traviesa, que nace del hermoso proyecto editorial que lleva el mismo nombre. Mientras charlo con una de sus encargadas, Violeta Pastoriza, me compro un libro que quería hace mucho tiempo, Nómades, de Manuela Suárez, una novela especial que recomiendo.
Y sí, en la feria hay novedades, como la presencia de la nueva revista de Campo Traviesa, que nace del hermoso proyecto editorial que lleva el mismo nombre. Mientras charlo con una de sus encargadas, Violeta Pastoriza, me compro un libro que quería hace mucho tiempo, Nómades, de Manuela Suárez, una novela especial que recomiendo.
Y si seguimos de recorrida entre las editoriales que vienen de Capital Federal, nos
encontramos con las bellas publicaciones de Mágicas
naranjas y Viajero insomne.
Patricio Foglia me cuenta que es la primera vez de las editoriales en la feria
y rescata de la experiencia el intercambio y que “hay mucha energía puesta en cada
cosa”.
También con Zindo
& Gafuri, la editorial de Mauro Lo Coco y Patricio Grinberg: “Es la feria más cómoda y
amigable, es el punto de referencia. Un espacio de socialización". En el medio de la charla Mauro me dice algo que resume la experiencia: "la feria es ante todo un
espacio afectivo”.
Al lado de él está Funes, de editorial Funesiana que resalta: “Conozco autores, editoriales, es un recontra hiper estímulo, yo vengo
abierto, el festival te impulsa, te da energía”. Como esa que tiene Valeria De Vito, de Ediciones El Ojo del Mármol, que en su segundo año por la feria me cuenta que la importancia recae en el intercambio, el encuentro real y la posibilidad de conocer otros poetas y escuchar nuevas voces: “La feria es un referente. Hay un intercambio directo con el lector. La gente que compró el año pasado vuelve y te hace una devolución”.
La feria es un espacio de celebración y reunión.
¡Hasta el año que viene!
La feria es un espacio de celebración y reunión.
¡Hasta el año que viene!