Por Paula Bertolino
Marcelo Scalona |
A continuación, este poeta cotidianista, como
le gusta definirse, habla sobre las motivaciones de su obra, que lo llevan a
perderse con frecuencia por las calles de Rosario.
— ¿Cuál considerás que es tu ars poetica? ¿Hay
algún texto tuyo o ajeno que la defina?
En Mapa
hay varios poemas que son reflexiones en torno a la poesía: Mapa, Aún no sé, El
otoño y yo, Orfeo en Victoria. Yo estoy del lado del poema dramático no lírico,
el inventario más que la metáfora, Parra más que Neruda, Huerta más que Paz.
— ¿Aparece la ciudad o el lugar donde vivís en
tu poesía? ¿De qué manera?
El poemario se llama MAPA: mis poemas son la
tarea del flaneur de Benjamin (El Narrador), gustar de ir viendo todo y
anotarlo. Y lo que veo desde hace 50 años es Rosario, mi barrio, las calles, su
gente, los bares, la noche, las rondas, el tribunal, las transas, las fábricas.
La miseria, la opulencia. Todo bulle. Soy un poeta cotidianista, coloquial,
dramático, narrativo.
— ¿De quiénes de tus contemporáneos te sentís más próximo?
De los de mi generación, Fabián Casas, Claudia
Masín, Alejo Carbonell. Más jóvenes, Gabilondo, Gambarotta. Anteriores, Eduardo
D´Anna.
— ¿Cuáles considerás que son los cambios más visibles en la poesía actual?
La saludable ebullición que hay, que se
escribe mucho y se publica mucho y eso siempre es bueno, porque de tanta
reproducción y cruce siempre se mejora. Lo más positivo es que ya no hay
solamente dos veredas o dos capillas. Hay decenas. Hay mucha creatividad,
expresión, libertad. Y formalmente también hay una muy buena síntesis entre los
distintos estilos, poetas de enorme destreza y capacidad de sentido.
Especialmente jóvenes.
Scalona
estará leyendo su obra el próximo sábado 27, a las 17, en el Centro Cultural Roberto
Fontanarrosa, junto a Mario Ortiz (Bahía Blanca), Vicky Lovell (Rosario) y
Pedro Mairal (Buenos Aires), en el marco del 22 Festival Internacional de
Poesía de Rosario.
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