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martes, 23 de septiembre de 2014

María Teresa Andruetto: el taller y la propia escritura


 Por Paula Bertolino

Si bien actualmente no brinda talleres literarios, durante gran parte de su vida María Teresa Andruetto fue una coordinadora activa –llegó a tener hasta 7 grupos semanales, pero eso terminó hace más de 10 años– y, según cuenta, desde aquella época le quedó la “fama”. La vinculación poética con la palabra, tanto en poesía como en narrativa, ocupaba en esos espacios un lugar central. También las consignas restrictivas que buscaban fomentar el trabajo creativo, contrarrestando el deseo de extraviarse que abre la palabra. A pedido nuestro, Andruetto accedió a recordar parte de aquella experiencia tallerista.

¿Durante cuántos años coordinaste talleres literarios?
—Los di durante 25 años, llegué a tener hasta 7 grupos semanales. Algunos de poesía específicamente, otros de género cuento y también talleres de estímulo a la escritura para niños, adultos y, sobre todo, para jóvenes.

—¿Siempre funcionaron en el mismo espacio?
—Los daba en diversos lugares y pasé por distintas épocas. Tuve talleres en librerías, centros culturales, en una residencia geriátrica, en una institución carcelaria, con mujeres en barrios, en mi casa, en un departamento que alquilaba en el centro. También di innumerables talleres en escuelas, profesorados, y a maestros.
¿Cómo era la dinámica de un encuentro?
—En los talleres de animación a la escritura, tratando de incentivar el deseo de encontrar una palabra propia, la dinámica siempre tuvo (en rasgos generales) tres momentos: un momento de lectura, estimulo, que finalizaba siempre en una consigna de trabajo (equivalente siempre a una restricción); luego un momento de producción silenciosa, de encuentro de cada uno consigo mismo; y finalmente un momento para compartir con otros lo que se ha escrito.
En cuanto a los talleres de revisión/supervisión de escritura eran muy distintos. Los participantes debían llevar un cuento o unos poemas y trabajábamos a partir de ese material, haciendo sugerencias, aportando lecturas.

¿Qué lugar  tenía la poesía en tu taller?
—Hablo siempre en pasado porque estoy refiriéndome a experiencias de hace ya bastante tiempo, pero siempre tuvo un lugar importante, la vinculación poética con la palabra (el peso del sonido, la condensación, la síntesis), no solo para la escritura de poesía sino también para la de narrativa.
¿El trabajo con tus alumnos en el taller literario y el territorio de tu escritura personal funcionaban como esferas escindidas o se influencian entre sí? 

—Se influenciaban, siempre. El mundo del trabajo y el de la creación son mundos conectados, siempre.

—¿Desde tu rol de coordinadora y escritora, qué tipo de conocimiento pensás que se puede transmitir a los talleristas? 

—Mucho de los procesos de escritura se aprende, entonces el paso por un buen taller puede acortar el camino hacia la propia escritura, también abre a lecturas que seguramente no se tenían, o a lecturas más atentas de lo ya leído. Se aprende también a escuchar la palabra del otro y a compartir la propia, para ver si entre lo que decimos y lo que quisimos decir hay o no distancia, en fin...

—¿Cómo fue tu formación como escritora? ¿Fue en el marco de alguna experiencia de taller literario, dentro del ámbito académico, de manera autodidacta, o de qué otro modo?

—Fue una formación de lectora, temprana e intensa. Después estudie Letras. No hacía talleres al modo convencional, porque cuando era joven no los había en mi entorno, pero en algún momento, hacia los treinta, nos juntábamos con tres amigas escritoras y hacíamos lo que podríamos llamar una suerte de auto taller, de consignas de trabajo, de enriquecimiento de lecturas. Luego, dar talleres, tener tantos grupos al mismo tiempo, cosa que hice como modo de vida por muchos años, fue un aprendizaje enorme para mí, el mayor de los aprendizajes, porque creo que nunca se aprende tanto como cuando se enseña.

María Teresa Andruetto hará su lectura en la última mesa del Festival, el sábado 27 a las 20 en el CC Roberto Fontanarrosa, junto con Elvio Gandolfo (Rosario), Marilyn Contardi (Santa Fe) y Carlos López Degregori (Perú). Además, el viernes 26 a las 17 se presentará también en la Biblioteca Estrada (Servando Bayo 799) junto con los poetas invitados Christian Kent (Paraguay) y Ravi Shankar (India / EEUU). Presenta: Lidia García.

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