Julio Balcazar (1984) nació en Caracas (Venezuela), vivió en Caldas (Colombia) y actualmente reside en Buenos Aires (Argentina). Ha publicado el libro de poesía Últimos Días de Robert O´Hara (2013), asimismo resultó ganador de numerosos concursos de poesía en Colombia. En el terreno de la narrativa, escribió una novela negra, Los cautivos del fuerte apache (2012), que fue premiada por el congreso colombiano de literatura Medellín negro y publicada. También, producto de ser finalista del concurso español de relatos El fungible en 2007, su narración Clint Eastwood fue incluida en la antología del concurso editada en 2008.
Graduado
en Filosofía y letras, Balcázar he venido desarrollando desde hace seis años
variadas actividades docentes en distintas zonas de Colombia y en Buenos Aires
(Argentina) que incluyeron, por ejemplo, dar clases en un resguardo indígena
en el departamento de El Cauca (Colombia).
Julio Balcazar integra la antología de este Festival1.000 millones. Poesía en lengua española del siglo
XXI.Retrato de Julio Balcázar trazado por un amigo suyo. |
— El cambalache de Disépolo, el collage melancólico o burlón al “Yo”
cartesiano, la falsedad de la memoria o de lo concreto, el queridísimo
Sísifo de Camus; el punk y la Ítaca de Cavafis, Joy Division, Richie Ray y
Bobby Cruz, Rubén Blades, Serrat, Groucho Marx, Chagall, Cezanne y
Placebo, Radiohead, los boleros, el son montuno, Leonard Cohen, Nick Cave, Bob
Dylan, una tonelada de Wes Anderson (los colores en sus películas son
hermosísimos), la contradicción y el error, el viaje, ola, tras ola, el
mar, siempre el mar, la música y el Nadaísmo de mi padre, sus malos consejos, su cariño, las historias interminables e indescifrables
de mi mamá, el sarcasmo de mi hermanita, las historias que contaba el
abuelo, las tías que me ayudaron a criar, mientras adivinaban el futuro y
los sueños, por supuesto Sabina, Cortázar, la música de las cantinas, los vallenatos,
lo otro: la literatura. (...) Tres poemas: Ítaca. de Constantino Cavafis /
Perorata, de Jaime Jaramillo Escobar / Do not go gentle into that good night, de Dylan Thomas. Una canción: “El
muerto vivo” (recomendada).
—¿Se hace presente la ciudad o el lugar donde vivís en tu poesía?
— Siempre, o casi siempre. Hoy sí. Es ahí donde viven las historias, en
este gran manicomio de pobres corazones. Alguien me dijo que estamos
hechos del lugar en el que nos movemos. Así que... Digamos que sí; si bien
prefiero coquetear con cierta soledad sin tanto semáforo, el fulano que
escribe, bueno, ése necesita de todo este caos y cemento.
—¿De quiénes de tus contemporáneos te sentís más próximo? ¿Y entre las
generaciones anteriores, con quién tenés más afinidad estética?
— Yo no sé cómo hace uno para sentirse contemporáneo de algo o de
alguien. Eso sí, nunca he dejado de conversar con Roberto Bolaño, con Poe,
y con Gonzalo Arango.
—¿Cuáles creés que son los cambios más visibles en la poesía última?
En la casa de Balcazar, dos amigos
con quienes tiene “un proyecto de
pintura, música y poesía todo junto”.
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— Responder esa pregunta es intentar matar todo el misterio, o suponer
un sistema. Y ni una ni otra cosa se puede hacer si no es rodeado de
amigos y con cerveza.
En este sitio puede escucharse el programa de radio El ojo negro, que hace Julio Balcazar junto con unos amigos.
El blog que Balcazar nos recomienda.
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