por Anaclara Pugliese
Florencia Giusti (Rosario, 1989) asiste al festival desde los 17 años. Actualmente pinta poesía en la calle con Acción Poética Rosario y participa frecuentemente en ciclos de lectura en bares y centros culturales de la ciudad, llenando la desnudez del silencio con los ecos aún más desnudos de su propia voz. Todos los meses se reúne, desde el año pasado, junto a otros estudiantes de Letras y jóvenes poetas, en el centro cultural «La revuelta», a homenajear a escritores, en un espacio abierto e íntimo (ronda en el suelo, velas y unos drinks) donde se leen, además, producciones propias. Las fotos que nos envía fueron tomadas mientras preparaba, en un bar, junto a sus amigos, el homenaje al poeta entrerriano Juan L. Ortiz.
Florencia Giusti (Rosario, 1989) asiste al festival desde los 17 años. Actualmente pinta poesía en la calle con Acción Poética Rosario y participa frecuentemente en ciclos de lectura en bares y centros culturales de la ciudad, llenando la desnudez del silencio con los ecos aún más desnudos de su propia voz. Todos los meses se reúne, desde el año pasado, junto a otros estudiantes de Letras y jóvenes poetas, en el centro cultural «La revuelta», a homenajear a escritores, en un espacio abierto e íntimo (ronda en el suelo, velas y unos drinks) donde se leen, además, producciones propias. Las fotos que nos envía fueron tomadas mientras preparaba, en un bar, junto a sus amigos, el homenaje al poeta entrerriano Juan L. Ortiz.
—¿Qué lectura (texto, película, música) o
experiencia te llevó a escribir poesía? ¿Qué gatilló el poema? ¿Qué edad
tenías? ¿Provenías de un ambiente familiarizado con la poesía o la literatura?
—A los 12 años descubrí un libro de poemas en mi
casa. Resulta que fue un libro de una poeta ucraniana residente en Argentina
que se llamó Julia Priluzky, fue el único libro de poesía que leí en esa época.
Mucho tiempo después me enteré que ese libro apareció en mi casa por una
telenovela de Migré que se llamaba
“Pablo en nuestra piel” en la que leían los poemas de esta mujer. El libro era de mi mamá y mi abuela se lo
había regalado. La novela giraba en torno a poemas de Prevert y de Priluzky
leídos por el actor principal que hacía de un profesor de literatura que luego
se enamoraba de su alumna. La novela fue un éxito, -supongo- y el libro se
habrá vendido mucho en esa época.
Después descubrí muchas cosas que me hicieron
acercar de una u otra manera a la poesía, que no fueron libros precisamente.
Creo que lo poético se construye través de las curiosidades que uno va
experimentando a lo largo de la vida, más que en las lecturas.
—Cada
poema tiene un proceso distinto, supongo que eso debe hacer que cada poema sea
“ese” y no otro. Más que nada creo que
el proceso tiene que ver con algo que viene de antes de la escritura misma, que
a veces se forma o no en el poema después.
—¿Quién, de entre los invitados del festival, te
gustaría que te lea? ¿Cómo es tu relación con el festival?
—He escuchado a algunos de los poetas que vienen
al festival, a otros no. Pero me gustaría que me leyera alguna persona que
tuviera ganas de leerme, podría imaginarme quién tendría ganas, pero no lo sé
con seguridad.
Mi relación con el festival es muy estrecha; como soy de
Rosario, voy al festival desde que tengo 16-17 años. Recuerdo la primera vez
que escuché a alguien leer, y tengo momentos grabados de anteriores festivales que me partieron la
cabeza, como por ejemplo la lectura del poeta Bustriazo Ortiz en el 2008, que la tengo grabada a fuego.
—¿Contra qué o contra quién escribís? ¿Qué autor
de la contemporaneidad te parece sobrevaluado?
—No sé, supongo que escribo porque sí, antes
creía que era una necesidad imperiosa. Pero con el tiempo descubrí que escribo
porque tengo ganas, como a otras personas les gusta hacer otras cosas: cocinar,
ir al cine, leer, mirar la tele, a mí me gusta escribir poesía.
Varios
escritores de la contemporaneidad me parecen bastante sobrevaluados.
Pero si tuviera que elegir uno sería a Cesar Aira; ¿debería decir por qué?
—¿Cuál fue "el" momento poético que
hayas vivido en las últimas horas?
—Esta semana estuvimos yendo con Acción poética a pintar al
IRAR, y ayer uno de los pibes le dijo a una compañera que, cuando saliera, iba
a venir a pintar frases con nosotros. Después otros pibes, cuando intervenimos
uno de los murales del lugar, pidieron papel y lápiz para ponerse a escribir
cuando terminó la actividad. Había otro que quiso pintar la palabra escribir con amarillo para que se notara
más, porque dijo que le gustaba escribir y quería ver esa palabra así pintada
todos los días.
—¿Qué libro o autor contemporáneo recomendarías?
—Una muchacha muy bella de Julián López, una novela exquisita.
—¿Qué es lo que más te sorprendió encontrar al buscar tu nombre en Google?
—Que haya una deportista que se
llame igual que yo.
—¿Por qué tu
blog se llama "en el estuche"? ¿Hay alguna relación entre el estuche
y la poesía?
—Un
estuche es como algo en que puede haber muchas cosas, pero a la vez en el que
esas mismas cosas están ordenadas. Creo que estuche remite a eso. Tiene que ver
con un estado de intimidad, algo que está latente, estar en un estuche es estar guardado.
Pero no lo veo como algo negativo sino como un estado de encuentro con
uno mismo. Mi libro inédito también se
titula así, y creo que remite también a una heterogeneidad, en donde hay mucha
intertextualidad, dialogar con otros textos, con uno mismo, con los otros, que
adquieren formas muy diversas: pueden ser objetos, personas, estados…
El blog de Florencia con sus poemas: En el estuche
No hay comentarios:
Publicar un comentario