Pisa la cancha y la reconoce. Lisandro González esta vez juega de local. Oriundo de la ciudad, no necesita traslado para recibir el reconocimiento por el premio provincial “José Pedroni” 2013, en la categoría “obras inéditas”.
No quiere quedarse corto: “espero que esté bien con esto, cualquier cosa avísame”, me escribe, debajo de sus respuestas electrónicas, adjuntando dos links. Uno, de un antiguo blog suyo, en que se presenta con una camiseta con el escudo del equipo del Parque, a modo de presentación. El otro link que me pasa es el de Sonidos de Rosario, un sitio de archivos sonoros: un banco que almacena sonidos de diversos rincones de la región y de toda América (desde una máquina cortadora de fiambre en Arroyo Seco, hasta un festejo por el Día Internacional del Trabajador en Cayo Largo, Cuba), y lecturas de poetas (entre ellos el propio Lisandro). Almacena sonidos, al tiempo que hace honor a la ciudad que lo vio nacer.
González – Marquínez, Marquínez – Simeoni, Simeoni tira al arcooooo, Goo – ooo- ool! Al preguntarle por un autor contemporáneo que recomiende, Lisandro nombra a sus “compañeros locales de generación”. Con la bandera bien alta, un pibe con la camiseta puesta.
- ¿Qué lectura (texto, película, música) o experiencia te llevó a escribir poesía? ¿Qué gatilló el poema? ¿Qué edad tenías? ¿Provenías de un ambiente familiarizado con la poesía o la literatura?
- Era adolescente y durante un verano leí un libro con las letras de Genesis de la etapa de Peter Gabriel al mismo tiempo que “Una excursión a los indios ranqueles” de Mansilla; esas dos lecturas sumadas a un espectáculo con poemas sobre la luna que fui a ver creo que funcionaron como una especie de mecha encendida.
En mi casa siempre se leyó –mi madre es bibliotecaria y mi padre un apasionado del cine- y hubo un ambiente propicio para la literatura. Además se me incentivó siempre la lectura (en algún momento que me vieron reticente me enganchó mi madre con la literatura policial, género que reivindico). Lo que resultó un camino más personal fue la cuestión del descubrimiento de la poesía como experiencia ya que la mayoría de los libros que había en mi casa eran de narrativa. Recuerdo sí alguna antología de poesía hispanoamericana y también por supuesto alguna letras de canciones.
- ¿Cuál es tu proceso de escritura? ¿Tenés un método, un horario, un lugar? ¿Te acompañás con lecturas?
- Creo que -además lógicamente de la experiencia vital que nutre la poesía- de manera concreta el consumo de arte se integra al acto creativo, ya sea música, cine o sobre todo la propia lectura de poesía. Tanto porque, por un lado, ayuda a pulir la propia producción y, por otro, a veces la experiencia de su disfrute funciona de manera directa como disparador de un posible texto.
No tengo un horario o método pero por razones de agenda generalmente a la noche es cuando encuentro los momentos más propicios. De todos modos, si bien no es lo más habitual, puede surgir algún poema en cualquier momento del día y ocasión.
Lo que intento es tratar de pensar los poemas en series o al menos de ir agrupándolos de algún modo. Y lógicamente que la experiencia de corrección y pulido de los textos resulta fundamental, en igual grado cuanto menos que la experiencia inicial de creación.
- ¿Cómo es tu relación con el festival?
- El Festival me ha permitido conocer autores y generar un contacto con algunos de ellos. Me resultó en particular muy significativa la edición del año pasado, en la cual se invitó a todos los poetas locales que habíamos pasado alguna vez a leer el día sábado, y se publicó una antología con estos autores. Creo que además logramos copar la fiesta final.
- ¿Contra qué o contra quién escribís? ¿Qué autor de la contemporaneidad te parece sobrevaluado?
- No vivencio la escritura como un proceso dialéctico si bien lógicamente hay cosas y actitudes del mundo que merecen mi repudio. Lo que me gustaría –y es una expresión de deseo- es que las creencias e ideales que puedo tener subyagan en mi poesía, pero evitando el panfleto. En lo que respecta a autores prefiero dedicar la respuesta a los invencionistas y los surrealistas argentinos de la década del 50, a la necesidad de que su poesía tan luminosa se conozca más y se estudie.
- ¿Cuál fue "el" momento poético que hayas vivido en las últimas horas?
- El gol de Maxi Rodríguez a Racing, el día viernes, faltando menos de 5 minutos para que termine el partido. Un verdadero “poema”.
- ¿Qué libro o autor contemporáneo recomendarías?
- Me comprenden un poco las generales, pero recomendaría que se leyera la obra de mis compañeros locales de generación (Marquínez, Valdez, Simeoni, Guiamet, Lobos, Valverde, Silvio González, Cutró, y otros y otras tantos), que se la encuentra parcialmente en las antologías temáticas que tras “Los que siguen” (de 2002) viene impulsando con tanto ahínco María Paula Alzugaray (desde “Dodecaedro” de 2004 hasta “Fin zona urbana” de 2010). De manera más específica sugeriría la obra de un poeta rosarino que para mí es de una enorme riqueza y rigor, Hugo Diz, que además en su producción abarca registros diversos, como el lirismo, el cotidianismo, la poesía oriental y hasta el lunfardo. Y además el Festival está haciendo justicia con el homenaje a “El vicio absoluto”, de Ielpi; gran libro de imágenes poderosas.
- ¿Qué es lo que más te sorprendió encontrar al buscar tu nombre en Google? (Si es que alguna vez lo buscaste)
- La cantidad de Lisandro González que hay (a esta altura no debería sorprenderme) y encontrar un texto de un autor español (J. S. de Montfort) a quien no conocía y que arrancaba con una cita de un poema mío.
- ¿Qué significado tiene para vos el que le hayan otorgado el premio de poesía José Pedroni 2013 en la categoría "obras inéditas"?
Fue una enorme alegría. Además fue una satisfacción especial que haya sido con "Poemas lumbares” ya que el título y la mitad del libro corresponden a textos escritos durante la peor etapa de una hernia de disco aguda –que así pudo decantar en algo bueno- y la otra parte son acrósticos de amigos y familiares. También fue significativo enterarme apenas pasados unos días de la tragedia de calle Salta ya que vivo a cuatro cuadras del lugar y si bien no tuve ningún daño ni tampoco ningún ser querido lastimado, fue un golpe duro y la noticia del premio resultó una especie de bálsamo en ese contexto. No creo que nadie que intente escribir con alguna seriedad piense en hacerlo por los premios pero no puedo ocultar que fue un motivo de felicidad y un buen incentivo para la escritura futura. Le sumo además el jurado prestigioso y el cariño que me hizo llegar mucha gente al enterarse.
El antiguo blog de Lisandro: http://lisandrogonzalez.blogspot.com.ar/
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